Vamos a hablar de lo que la gente ve, de lo que nosotros proyectamos cuando nos comunicamos, más allá de las palabras. No vamos a hablar de las palabras como tal, sino de la presencia y el impacto que podemos generar con nuestra expresión no verbal. En este texto te voy a dar las pautas para que tu lenguaje corporal y expresión al hablar en público sean coherentes con tus emociones y con lo que quieras comunicarle a las personas. ¿Para ti, qué es proyectar una presencia de poder? Cuando te dicen que una persona debe “proyectar una presencia que impacta”, ¿qué palabras te llegan a la mente? Algunos de mis clientes responden cosas como: “presencia física”, “buena presentación”, “sonrisa”, “confianza”, “postura”, “tono de voz”, etc. Y sí, todas estas son buenas radiografías y acercamientos acerca de lo que vendría siendo una presencia de impacto.

Sin embargo, a mí me gusta definir la presencia de impacto como el poder que tú tienes para conectar con el otro. Yo la veo como esa presencia que puede conectar con las personas con las que te comunicas, ese elemento que también llegamos a llamar como el carisma. Algunas personas lo tienen de nacimiento, lo desarrollan y lo usan maravillosamente. Otras no tanto, pero es algo que se puede aprender.

 

Un segundo factor para una presencia de impacto es que logres que la gente que te escucha haga algo. Con esto me refiero a que puede que tengas todo el carisma del mundo, que puede que tengas la presencia, pero no causarás el impacto en las personas. Ese impacto que hace falta es la motivación. Tienes que motivar a alguien a que haga algo: que las personas te vean y se sientan motivadas a tomar acción, y que así se encuentren más involucradas contigo.

 

Y finalmente tendríamos un tercer factor que construye esa presencia de impacto, el liderazgo. Una presencia de impacto es cuando la gente te quiere seguir. No solamente la motivas, sino que también quiere ser como tú, quieren trabajar contigo, la inspiras a cambiar. Es una percepción mía, los factores fundamentales para la presencia de impacto son entonces: carisma, motivación y liderazgo.

 

Ahora, vamos a ir más adentro y ver cómo lograr estos factores. Subimos un nivel más y vamos a hablar de: energía, imagen y expresión corporal. Estos son los 3 pilares que van dentro de los factores mencionados anteriormente, los soportes.

Así en primer lugar, hay que tener en cuenta a la energía, la cual es el pilar interno de la presencia de impacto. Es importante sentir una coherencia entre lo que ustedes sienten, lo que ustedes se creen, y lo que ustedes expresan hacia afuera por medio de la expresión corporal. Yo podría enseñarle a mis clientes todas las técnicas de comunicación, sobre cómo mover los brazos, el cuerpo, la postura, etc. Pero si no sienten y se creen esa energía, sus expresiones no se van a ver naturales. Entonces, ¿cómo se trabaja esa energía y esa actitud para que se vea en la expresión corporal? Lo primero y más importante es que tú te la creas. Ánotalo: créetelo. Cuando ni tú no te lo crees, ¿por qué te voy a creer yo? No les ha pasado que ustedes preguntan ¿cuánto vale esto? Y el vendedor responde con inseguridad -Yo te voy a cobrar hmmm. – ¿Me va a cobrar más o me va a cobrar menos? ¡No sabe lo que hace! En cambio, cuando tú dices ¿Cuánto vale? Y la persona te dice –vale 100 dólares. Tú te sientes bien. No sabes si es caro, barato. Simplemente vale tanto. La clave es saber y creer en tu valor, para llevar la confianza y la honestidad en tu comunicación.

Pasemos al segundo pilar, la imagen. La presencia de impacto tiene que ver con tu imagen, pero no quiere decir que debas estar super peinado, de traje, de chaqueta, etc. Tiene más que ver con que vaya con esa imagen que quieres mostrar. Por ejemplo, si es tu imagen de maestro de yoga, lo mejor es verse relajado, llamativo, chévere, con pantalón blanco, con camisa suelta, sonrisa, pelo en trenza. Esa imagen es la que va a vender esa presencia de impacto. Imagínate que esta persona que vende yoga y vende relajación esté estresadísima y hablando duro; eso no va con su presencia de impacto. Ese look depende entonces de la persona. Puede ser de jean, de sport, puede ser muy profesional de vestido, de tacón, muy maquillado o puede ser relajado. Si escoges un look, lo mejor es que refleje esa imagen que quieres proyectar en tu comunicación.

Y vamos al tercer pilar que es la expresión corporal. Aquí viene ese paso extra de la seguridad. La seguridad viene desde cómo mueves la cabeza hasta dónde colocas tus manos. Por ejemplo, si quieres tener una presencia que impacte, debes demostrar seguridad y no puedes estar con la cabeza ladeada. Siempre es mejor tener la cabeza firme, recta. También debes tener en cuenta los hombros, no nos percatamos y muchas veces están caídos. Debes tener los hombros firmes y la columna derecha, de otra manera estarías proyectando inseguridad y volveríamos al primer punto: la energía. Es importante también poner atención en las manos. En las manos está la confianza, la tranquilidad, la certeza. Así, es mejor que vayan más despacio, que vayan con la conversación, que no vayan a la loca. Cuando las muevas, que las muevan con relación a lo que estás diciendo. Cuando tienes las manos sobre la mesa tienes mucho más impacto que cuando estás abajo. Y cuando estés presentando de pie, crea en tu cabeza una mesa imaginaria: este será el nivel donde mueves las manos, las llevas al centro y las descansas. No siempre hay que moverlas, las puedes tener quietas mientras sigues hablando, pero no las dejas colgando como un títere, te baja los hombros. Finalmente, tus pies; ellos deben estar nivelados con los hombros, cada pie debajo de cada hombro. Los pies van alineados de esta manera y las manos sobre tu escritorio imaginario.

De esta manera, practicando tu energía, imagen y expresión corporal es que adquieres el carisma, la motivación y el liderazgo que hacen de tu comunicación una presencia de impacto para las personas. ¿Has intentado practicar frente al espejo?